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#LASALUTacasa

Cuando el segundo trimestre avanzaba a su ritmo y nos aventurábamos a un marzo lleno de actos y actividades programadas, de repente hemos tenido que frenar motores. En un abrir y cerrar de ojos nos hemos encontrado que teníamos que detener la acción directa a los proyectos, reinventarnos y reorganizarnos para ver cómo podíamos seguir acompañando a los 120 niños y familias de la Fundación de manera virtual. Sois muchas las personas que nos habéis hecho llegar vuestro interés por saber cómo lo estábamos gestionando, así que en primer lugar queremos agradecer vuestra preocupación. Después de unos días de adaptación y trabajo, ya podemos empezar a contaros cómo estamos respondiendo a esta nueva situación!

Como sabéis, nuestra tarea educativa es posible gracias al vínculo que se establece entre las personas. Y, en su mayoría, este es a través del contacto humano. Así pues, una de las primeras preocupaciones ha sido ver cómo manteníamos el vínculo de manera virtual, contemplando la dificultad de acceso a Internet o la falta de facilidad en el lenguaje de muchas de las personas a las que acompañamos. Pero a través de llamadas, WhatsApp o Instagram de momento hemos ido contactando con todos, detectando el canal viable para llegar a cada niño y niña.

Alcanzado el primer reto de mantener el contacto, la segunda semana nos hemos centrado en resolver la duda de cómo seguir trabajando nuestra acción desde la distancia?

Después de unas cuantas reuniones virtuales, el equipo educativo de cada proyecto ha conseguido planificar una serie de actividades, talleres y rutinas desde las que trabajar los hábitos cotidianos; mantener vivo el espacio de aprendizaje, proponer dinámicas de educación emocional y de tiempo libre, teniendo presente también el llevarlas a cabo con la familia y desde una perspectiva siguiendo la #missióBONtracte. La respuesta de las familias ha sido muy positiva! Así que estos días, a través de las redes sociales, os iremos acercando las acciones propuestas para cada ámbito trabajado.

Más allá del contacto y la acción educativa, lo que no hemos dejado de hacer es ACOMPAÑAR.

 

Lo que casi hacíamos sin ser conscientes con el contacto diario, de golpe ha tomado toda la fuerza. Un acompañamiento individualizado, poniendo la situación de cada persona en el centro y dando herramientas para que cada familia pueda ser agente de cambio de su historia. Sobre todo hemos puesto la mirada a las familias de especial atención que tienen pendientes temas de vivienda, alimentación o problemas de salud. Pero también hemos acompañado en la resolución de temas burocráticos, en rebajar angustias y ansiedades, ayudando a contrastar informaciones. Porque si ya es duro sobrevivir al confinamiento en una situación socialmente estable, pongámonos en la piel de una familia con más de tres hijos, en una vivienda insalubre y en un barrio con pocos servicios y recursos.

En 15 días hemos tenido que reinventarnos, convertirnos en educatubers y reprogramar todo el trabajo que teníamos sobre la mesa. Pero esta situación también nos está permitiendo ver una nueva perspectiva de la misma realidad. De momento valoramos positivamente el vínculo de proximidad que se está creando ya que, por primera vez, compartimos una misma realidad con muchas de las familias con las que trabajamos: estar confinados en casa.