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La entrevista: Saida, Martí y Noelia del Servicio de Mediación del Ayuntamiento

SAIDA JAVALOY VIDRE, 43 años. Mediadora y socióloga.
MARTÍ NEBOT LERIS, 31 años. Mediador y sociólogo.
NOELIA SALAZAR SANCHÍS, 31 años. Mediadora, criminóloga e integradora social.

Muchas veces me planteo cómo venimos a hablar de convivencia cuando hay necesidades básicas que no están cubiertas.

Hoy conversamos con el equipo del Servicio de Mediación del Ayuntamiento de Badalona en nuestro Distrito para conocer más sobre su figura en el barrio.

¿Nos podríais explicar qué quiere decir y qué hace la figura del mediador vecinal o comunitario? ¿Cuáles son sus tareas?

Noelia: Del mediador comunitario lo primero que debe decirse es que es un servicio que ofrece el Ayuntamiento de cada ciudad, por aquellas situaciones de convivencia que afectan en nuestro día a día y nosotros estamos allí para sentir a los vecinos y vecinas y acompañarlos para mejorar la convivencia. Cualquier conflicto de convivencia vecinal o de relación familiar.

Martí: Son ideales algunas herramientas relacionadas con la comunicación como son la escucha activa, el autoconocimiento, la asertividad... Depende de qué casos hay más complejidad, pero lo interesante es que nuestra figura sea un tiempo para empoderar a las personas para que después puedan gestionarse entre ellas. Esto es lo ideal.

Saida: La idea es que estas personas que necesitan un servicio de mediación, después de nuestra intervención y nuestro acompañamiento, no tengan que volver a necesitar nuestro servicio. Que todo lo que hayan aprendido, puedan incorporarlo en su día a día. Las quedadas son individuales que tengan su espacio. Escuchar las distintas versiones y después ya miraremos cómo trabajarlo con las partes involucradas.

M: Deberían ser intervenciones rápidas y que no se alarguen en el tiempo. Que no se cronifiquen.

N: Nosotros estamos situados en La Plana, pero también atendemos a otros espacios municipales. También hacemos visitas a domicilio. Lo importante es facilitar las herramientas, como han dicho mis compañeros. Y como decía Saida, empoderarlos para que después sean ellos mismos quienes se autogestionen.

 

¿Qué os llevó a ser mediadores y mediadoras? 

N: ¡Yo lo tengo bastante claro! Estaba haciendo la carrera de criminología y no conocía la mediación. Había otros compañeros que sí la conocían y cuando un día vino la docente a hablarnos de la mediación a nivel de justicia juvenil, dije “ostras esto me encanta”. Descubrí todo un mundo y lo tuve muy claro que quería realizar un máster en mediación. Fue mi motivación. Aprendí mucho de la mediación. Sales de la crítica, te responsabilizas y vivir todo esto como un proceso, es muy potente.

S: A mí siempre me ha gustado trabajar los vínculos entre las personas y todo el tema de la diversidad. Quería dedicarme a algo comunitario.

M: No hay historia profunda. Yo soy sociólogo y sí echaba de menos algo más relacionado con la intervención social y vi que a través de la mediación se podría cubrir esa necesidad que quería. Yo siempre me he visto como una persona muy abierta y dialogante y con todas las herramientas que se trabajan desde la mediación comunitaria, no solamente a nivel profesional, sino también personal, es muy interesante. Fue mi motivación.

 

¿Qué cualidades debe tener un mediador/a? 

N: El tema más importante es saber escuchar. Si no sabemos escuchar, no podemos ser mediadores. Hagamos un poco de psicólogos. También saber encontrar tu sitio.

M: La paciencia también es imprescindible. La resiliencia y la asertividad. Saber cómo comunicar claras las cosas pero sin ser agresivo. Huir del juicio constante cuando nos hablan de su problema. Cuando te trasladan su sufrimiento, sea grande o pequeño, debemos validarlo porque a ellos les está afectando en el día a día.

N: La imparcialidad también. Aunque a veces nos encontramos con que la perdemos porque te encuentras en casos que te tocan y es entonces cuando debemos ser humildes y saber trasladar el caso a otro compañero.

 

¿Qué es lo que más os sorprendió al llegar a la Salut Alta?

S: La situación de cómo están las viviendas.

N: Sí, yo muchas veces me planteo cómo venimos a hablar de convivencia cuando hay necesidades básicas que no están cubiertas. Es sorprendente, realmente existe mucha vulnerabilidad.

M: Conectas con la realidad. Precariedad social. Hay mucho sufrimiento.

N: En positivo, cuando llegué el primer día dije “guau”. Normalmente, venimos los miércoles a la Salut que es cuando hay mercado y eso también es chulo. Hay mucha vida en el barrio y mucha diversidad.

S: Y también, pese a los discursos negativos, hay mucha gente con ganas de hacer cosas.

 

¿En el barrio con qué situaciones os encontráis o en qué tenéis que hacer más intervención?

Temas de ruidos, humedades, gestión de comunidades y ocupaciones... Son los temas más recurrentes.

 

¿Con qué recursos contáis y qué recursos se deberían implementar para dar una buena respuesta en la resolución de conflictos?

S: Ojalá todo el personal de mediación esté contratado indefinido. La estabilidad del equipo es clave.

N: El trabajo en red es clave. E imprescindible un equipo consolidado, como dice Saida.

M: Que los recursos estén operativos y sea más integral. Todos ir a una. Formalizar las tablas de trabajo.

 

¿Cuáles creéis que deberían ser las líneas de trabajo prioritarias para mejorar la convivencia y la realidad en el barrio?


N: La cohesión social.

S: Yo echaría abajo todos los edificios y los haría de nuevo. Se construyeron en el tun tun, sin ningún criterio.

N: Espacios más amables, más parques, más verde... Por ejemplo, ahora con el proyecto de dar color a la Plaza Antonio Machado, todavía no ha terminado, pero realmente es un lavado de cara que da luz al barrio.

 

¿Cómo creéis que se llega a estas situaciones tan desbordadas?

M: Son muchos factores. Con el tema del empleo, por ejemplo, hacen falta leyes y políticas. El tema económico es el motor. Viviendas desorbitadas de precios, la cesta cada vez es más cara llenarla…

S: Hay muchas generaciones que no han podido salir de la pobreza. Se ha cronificado en el tiempo y siguen en la rueda.

 

¿Nos podéis explicar alguna situación que os haya marcado o hecho reflexionar?

M: La taula en la que trabajamos es un espacio muy positivo y se explican muchas anécdotas. Da gusto trabajar en el espacio, me reconforta. La experiencia de la plaza ha estado muy bien y los vecinos y las vecinas se acercaban y opinaban y participaban.

S: Isidre ha sido clave en todo el proceso. Una persona que piensa tanto en el barrio, con ganas de continuar trabajando para conseguir dignificarlo. También da gusto trabajar con los técnicos. La implicación de estas personas para querer hacer cosas juntas.

 

¿Nos podríais hablar de los proyectos que han llegado últimamente al barrio y que estáis gestionando el equipo de Mediación?

M: Dimos apoyo al Escorxador, en el proyecto de detección de jóvenes con educadores de calle, teatro social con la gente mayor, apoyo al proyecto de remodelación de edificios en el barrio por parte de la AMB, el proyecto de SPOGO dando color a la plaza Antonio Machado, proyecto historias de vida con el ciclo formativo del Institut Joan Maragall, para recuperar la historia del barrio de la Salut y poner en valor la parte positiva. 

 

¿Qué papel han de tener las entidades vinculadas al barrio? ¿Hacia dónde debemos caminar?

Las entidades sois clave en el barrio. Mucha gente llega a las entidades. Y la cohesión entre todas las entidades. Salir del que cada uno o una vaya a la suya y que os coordinéis más entre todas.

M: Continuar haciendo lo que hacemos coordinar-nos con las otras entidades para trabajar en red y continuar siendo referentes. 

 

¿Un sueño para el barrio de La Salut Alta y para sus vecinos y vecinas?

S: dignificar más el barrio,  con más espacios verdes y más color.

N: Que se sientan más suyo el barrio. Más sentido de pertenencia.

S i M: Autoestima del barrio.

 

Entrevista hecha por Lídia Solé