
La entrevista: Anna Martínez
¡Buena parte de lo que me ha hecho ser quien soy ha estado haciendo de voluntaria!
ANNA MARTÍNEZ FERNÁNDEZ, mataronina de 27 años graduada en Comunicación Audiovisual y con larga experiencia en el mundo del tiempo libre, lo que le ha llevado a cursar el máster de Intervenciones Sociales y Educativas. En la Fundación tiene el encargo de gestionar la comunicación y el voluntariado de la entidad.
Anna, ya sabemos que tienes distintas tareas dentro de la Fundación pero en esta entrevista nos centraremos en la parte del voluntariado.
La Fundación nació hace 15 años con personas voluntarias. ¿Cuál ha sido el papel del voluntariado a lo largo de este tiempo?
En los inicios el voluntariado era el único pilar de la Fundación pero poco a poco los proyectos se fueron profesionalizando y se fue contratando personas para crear la estructura de la entidad. A pesar del cambio, el voluntariado se ha mantenido como figura esencial, adquiriendo un papel de acompañamiento y apoyo a la labor de los educadores.
¿Cuántas personas voluntarias hay actualmente?
Durante la semana tenemos alrededor de 30 personas que participan en los proyectos. Pero también tenemos voluntarios que colaboran puntualmente en actividades más esporádicas. En total, podríamos decir que nuestra red de voluntariado está en torno a las 80 personas.
¿Cómo os dais a conocer desde la Fundación para captar nuevos voluntarios?
Participamos en ferias, con stands informativos, hacemos charlas en institutos o universidades, estamos bastante presentes en las redes y también estamos inscritos en diferentes portales de voluntariado en los que colgamos propuestas para que la gente conozca la Fundación y se interese por hacer voluntariado con nosotros.
¿Cualquier persona puede ser voluntario de la Fundación?
La primera respuesta que me viene a la cabeza es que sí. Sin embargo, hay que ver en qué lugar o qué tarea podría ser la adecuada. Somos una entidad pequeña pero hay tareas para todos! Ya sea vinculado en la acción educativa y de intervención o bien en aspectos de estructura, mantenimiento, administración, comunicación... Desde la Fundación se hace lo posible para encajar las motivaciones de la persona interesada con las necesidades específicas de la entidad y, en caso de no encontrar la combinación, se acompaña para conocer otras entidades o espacios donde participar.
¿Qué valoráis de un voluntario?
Como Fundación valoramos mucho las ganas de comprometerse directamente con la sociedad y esto lo captamos desde el primer momento cuando alguien se interesa por nuestra entidad. Trabajar con personas, y sobre todo con infancia, implica dedicar tiempo para establecer un vínculo de confianza. Así pues, valoramos la motivación que mueve a la persona a colaborar con nosotros, así como sus capacidades y competencias personales para intentar potenciar al máximo durante su voluntariado.
¿Cuáles son los perfiles que tenéis en la Fundación?
Estudiantes, personas que trabajan, personas jubiladas; gente de Barcelona, Badalona, del barrio e, incluso, antiguos participantes de la Fundación; personas formadas en el ámbito social o bien personas que nunca han sido directamente con infancia... ¡Tenemos una gran diversidad de perfiles de voluntariado! Pero todos tienen un punto en común: el compromiso y la voluntad de transformación social.
¿Acogéis también voluntariado internacional?
Sí, hemos tenido algunas experiencias de voluntariado internacional. Y es que más allá de la tarea que se lleve a cabo en la entidad, creemos que es positivo para las personas que hacen estancias largas en Cataluña conocer otras realidades cercanas a la capital que, si no fuera por este voluntariado, quizás no se acercarían. Por ejemplo, ahora tenemos a una chica alemana que está estudiando unos meses en Barcelona y, como no puede venir por las tardes, colabora una mañana a la semana con tareas de secretaría.
¿Cuál es el proceso que sigue una persona para ser voluntaria?
Cuando una persona se pone en contacto con nosotros quedamos para hacer una primera acogida y conocer las motivaciones. Este encuentro lo hacemos en la Fundación porque creemos que es importante conocer el barrio donde estamos y el lugar donde trabajamos para explicar la labor que realizamos.
Una vez nos hemos conocido, a nivel interno valoramos a qué proyecto se podría incorporar y si la persona interesada ve que se ajusta a sus expectativas, se hace la segunda acogida donde se conoce el proyecto más a fondo. Además, una vez hecha la incorporación, a la persona voluntaria se le asigna un educador referente del proyecto para que se sienta acompañada por alguien presente en su día a día durante su voluntariado.
Cuéntanos qué tipo de voluntariado se puede hacer en la Fundación.
El más numeroso es el voluntariado semanal participando en los proyectos durante el curso. Pero también existe la oportunidad de colaborar de manera puntual echando una mano en fiestas, salidas, talleres concretos o en las actividades de verano. Además, también se puede colaborar en áreas donde no es necesaria la intervención directa, ya sea en tareas de limpieza, de mantenimiento, haciendo meriendas para los niños del proyecto o, incluso, haciendo voluntariado online.
A veces veo que hay adolescentes de A100 que participan en los proyectos de los más pequeños. ¿También hacen voluntariado?
Sí, son los que llamamos voluntariado interno y es un proyecto que, bajo el lema "Cadena de referentes", nos hace mucha ilusión ir potenciando! La idea es funcionar como escuela de voluntariado ofreciendo un espacio formativo y de acompañamiento a los adolescentes que tengan interés en iniciarse en el voluntariado. Así ofrecemos espacios donde los adolescentes que quieren se apuntan para ir adquiriendo experiencia: hay jóvenes que hacen voluntariado acompañando a los niños de Primaria en espacios de lectura, dando apoyo a los educadores en las actividades o dinamizando pequeños espacios de juego en actos en el barrio, oportunidades que les pueden dar herramientas y desarrollar competencias por si más adelante deciden participar voluntariamente en otros proyectos.
¿Qué aporta el voluntariado en la actividad de los profesionales y en los niños, adolescentes, mujeres y familias?
Para la actividad de los profesionales, contar con personas voluntarias aporta diversidad, otros puntos de vista y calidad en la intervención. Pero sobre todo es una figura importante para el vínculo que puede establecer con los niños, adolescentes o con las mujeres. Los educadores ya tienen un rol asignado, así que las personas voluntarias suponen otro perfil en su abanico de referentes y permiten crear una relación transparente.
Para cualquier persona, el hecho de saber que hay alguien que de manera voluntaria decide dedicarnos un tiempo a nosotros, es un regalo muy preciado. Pues eso es lo que aportan: ¡la ilusión y satisfacción de tener un regalo cada tarde!
¿Y qué le aporta a la persona voluntaria?
¡Seguramente deberíamos preguntarlo directamente a ellas! Pero por lo que hemos podido ir compartiendo, el hecho de estar en contacto y dedicar el tiempo a los niños, jóvenes, a las mujeres... hace poner los pies en el suelo con la realidad, ampliar la mirada, modificar creencias internas, sentirse útil y, al mismo tiempo, seguro que en muchos casos hace salir de la zona de confort personal.
¿Qué tipo de formación reciben los voluntarios y voluntarias?
Cuando se incorporan dedicamos tiempo para hablar de la Fundación y de su entorno ya que es importante formar sobre el contexto donde se hará el voluntariado. Además, una vez al año celebramos el Encuentro del Voluntariado, una jornada con un fuerte componente formativo. También informamos sobre formaciones donde pueden acceder por ser voluntarios de la entidad o bien les derivamos recursos según las necesidades expresadas. Durante el curso pasado, por ejemplo, el voluntariado dedicó 75 horas en formación.
Y hablando sobre este encuentro de voluntariado, ¿nos puedes explicar qué es? ¿Desde cuándo se hace y con qué objetivo?
Pues justo este año estamos de celebración, hemos hecho los 10 años de encuentros de voluntariado!
Son jornadas que se crean con el objetivo de ser un punto de encuentro con todo el voluntariado y profesionales de la Fundación, ya que muchos de ellos no se conocen porque vienen diferentes días, a distintos proyectos. Hay una parte más lúdica pero también existe el punto formativo donde los últimos años hemos ido alternando formaciones con charlas de profesionales externos.
¿Tú has sido voluntaria en algún lugar?
Sí!!! (Ríe)
¿Qué nos cuentas de la experiencia?
Yo desde siempre he vivido el voluntariado como algo muy natural y es un aspecto muy integrado en mí, que siempre me ha acompañado. En el esplai donde he ido toda la vida es donde me he implicado más pero también he colaborado con otras entidades. A través de varios voluntariados he podido conocer proyectos que me ilusionan y casi diría que buena parte de lo que me ha hecho ser quien soy ha estado haciendo de voluntaria. ¡Así que para mí ha sido siempre una experiencia de servicio muy positiva!
Finalmente, ¿qué mensaje darías a una persona para que fuera voluntaria de la Fundación?
Como decía, para mí hacer un voluntariado es una experiencia muy enriquecedora, así que yo siempre intento animar a la gente a hacerlo y, sobre todo, ¡disfrutarlo! Personalmente animaría a colaborar con la Salut Alta porque creo que es un proyecto cercano, donde todo el mundo puede encontrar su lugar y sentirse parte de esta familia. Puede ser una oportunidad para conocer e implicarse en una realidad diferente, donde aprender y aportar un montón! Pero bueno, si no es aquí, lo importante es que cada uno pueda encontrar un espacio donde colaborar voluntariamente, disfrutar de la experiencia de servicio e implicarse en la transformación social de nuestro entorno.
Entrevista hecha por Lídia Solé