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Carles Porrini

Entrevista: Carles Porrini

Todos queremos elegir el bienestar.

Carles Porrini Cubells, formador y facilitador de la asociación SEER (Salud y Educació de la Emoción y la Razón). Se considera una persona reflexiva, comunicadora y creativa. Desde hace más de diez años se dedica al mundo de la educación. Va descubriendo Badalona  poco a poco, pero le queda mucho por conocer todavía.

Carles, ¿cómo fuiste a parar a la educación emocional?

La vida me ha traído a donde estoy. Fui monitor, estudié pedagogía,  coincidí con persones que me enriquecieron y que fueron mis referentes.  Y es un ámbito que, como que me apasiona, me retroalimenta y me hace crecer mucho.

Explícanos qué es la educación emocional.

Es una herramienta que tenemos los que nos dedicamos a la educación para conocernos mejor y adaptarnos a la vida. Una puerta de entrada a conectarnos con nuestra esencia, con el “quién soy yo” y la relación que queremos establecer con los otros.

Y ¿cómo se puede hacer “educación emocional”?

Trabajando tres conceptos: la conciencia emocional, la elección personal y la responsabilidad individual.

Es decir…

Nosotros creamos espacios para que las personas puedan “vivir” y “sentir”. A partir de la vivencia, generamos reflexión para que los menores puedan escoger cómo se quieren sentir y desarrollen las competencias personales y sociales que les haga falta: autoestima, auto-conocimiento, empatía, asertividad…

Todo lo que se siente es perfecto, se tiene que legitimar cualquier emoción.”

¿Podemos escoger cómo nos queremos sentir?

Sí. Partimos de la base que queremos elegir bienestar. Todos. Quiero sentirme bien, pero he de entrenar alguna habilidad que ya tengo para conectar con eso.

Crear espacios y reflexionar sobre lo que pase, entonces.

La vivencia de grupo es vital. Con una misma vivencia, cada uno conecta con una emoción diferente. Y eso hace que la vivencia de grupo sea primordial en la educación emocional. Lo que pasa es que a uno le conecta con el miedo, y  al otro con la alegría… y es la misma vivencia! Es muy enriquecedor compartir ésto.

¿Existen emociones buenas o malas?

No hablamos de emociones positivas o negativas, sino agradables o desagradables. ¿Por qué? Porque el miedo, que a priori no entra como una emoción “positiva”, es un indicador que nos sirve para  un aprendizaje personal. Trabajando nuestras habilidades la podemos conectar con la prudencia, y la prudencia es una habilidad “positiva” para la vida. Lo que pasa es que si el miedo no lo trabajamos, lo podemos llevar hacia el horror, el terror y el pánico… y eso sí que nos frena.

Y no nos lleva al bienestar.

Correcto.

¿Cuántas emociones hay?

¡Centenares! A veces los matices cuestan de diferenciar. Las primarias son las fundamentales, y el resto mezclan intensidades. Sería como el Pantone con los colores.

“Todos queremos elegir el bienestar.”

SEER es…

Asociación “Salud y Educación de la Emoción y la Razón”. Sentir y pensar. Educación y psicología. Educación emocional y educación en valores. Van de la mano.

¿Cual es el estilo de SEER?

Uno de nuestros fuertes es nuestro discurso, que se nutre de muchas fuentes para traducirlo a un lenguaje común.

La otra es la metodología, que parte de la vivencia. Somos especialistas en generar vivencias a partir de un gran armario de recursos. Intentamos entrar por el corazón y abrirlo.  Y a partir de los ecos, generar conocimiento.

¿Alguna anécdota de estas vivencias?

El único día del año que me pongo americana es cuando hago  uno de los personajes en el postgrado de Educación emocional. Alguna vez, paseando por Mundet, en el bar, me han parado  y me han preguntado: “Tu eres el del traje, ¿verdad? Me diste miedo”. Es un personaje que genera malestar y a nadie le es indiferente.

También es curioso descubrir todo lo que genera el silencio. La gente recuerda un silencio…. y si se recuerda es que “llegó al corazón”. Yo juego con el silencio, y siempre saco alguna cosa a trabajar. Lo importante no es el recurso, sino a dónde queremos llegar.

¿Qué nos implica como educadores el hecho de trabajar la educación emocional?

Una oportunidad constante de crecimiento personal. Para acompañar procesos de otros, partes de tu propio proceso personal. Es una puerta abierta al auto-conocimiento constante.

También es una oportunidad para centrarse,  de saber ocupar tu lugar. Cuando acompañamos debemos respetar el camino del otro.

Es decir, si yo no me entreno, difícilmente podré trabajar con los menores.

Exacto… y al mismo tiempo, cuando trabajo con los menores, me hacen entrenar. Los menores se convierten en  oportunidad de crecimiento constante, por el hecho de que muchas veces tienen creencias menos rígidas que las de los adultos.

A una entidad como la Salut Alta, ¿qué nos recomiendas para trabajar le educación emocional?

Que continuéis igual. ¡Me saco el sombrero!

¿Y eso que quiere decir?

En primer lugar, ha de ser una opción de centro, desde dirección.

En segundo lugar, para que sea un proyecto integral ha de abrazar a todos los agentes de la comunidad educativa: dirección, equipo de educadores y educadoras, familias, menores y entorno.  Vuestro cartel de la campaña #EmocionsEnJoc dice mucho en este sentido!  Es necesario crear vivencias y espacios donde coincidan todos.

“La educación emocional que no emociona, que es sólo un discurso, no es completa.”

Ahora hay miles de libros, de recursos… ¿qué me dices de la moda de la educación emocional?

Todo lo que suma por el bienestar, es genial. Pero no todo suma igual. Acciones puntuales suman, pero no quiere decir que incluyan la educación emocional en el proyecto. Para  incluirlo hace falta…

…que venga de dirección y que sea integral.

Lo has entendido.

También consideramos que la educación emocional que no “emociona”, que es sólo un discurso, no es completa.

Ya acabamos. Si tuvieras que elegir una emoción…

Serenidad. Y no porque comience por SEER… (ríe).  Te permite estar conectado, poder decidir desde un nivel de conciencia óptimo,  y caminar hacia otras emociones: alegría, felicidad…

Y un deseo para el barrio de  la Salut Alta?

Que camine hacia un vivir en comunidad. Pasar de la supervivencia a la convivencia: compartir, convivir, conocernos, conectar… La convivencia implica poner en juego todas las emociones!