
Aprender jugando
¿Conocéis el juego del pistolero? ¿El del león enjaulado? ¿El del pastor y las ovejas?… qué mejor que jugar para aprenderse los nombres de cada una, para reír un rato y para romper el hielo. ¡Y no hace falta ser un niño para hacerlo!
Las mujeres alumnas de los cursos de lengua de FAR han empezado a participar en los viernes en la fundación, un espacio de crecimiento personal, de reflexión sobre la propia identidad, de relación entre ellas, de desayuno compartido y además de aprendizaje de la lengua. ¡Cuántas cosas en tan poco tiempo!
Para poder trabajar todo esto nos hace falta, primero, confianza. De las mujeres entre ellas y de las educadoras con las mujeres. ¿Y qué mejor para ir cogiendo confianza que jugar? Nos lo pasamos bien, nos vamos conociendo y empiezan a salir temas espontáneos que nos permitirán introducirnos en nuestras vidas de manera más profunda, a medida que avance el curso, y todo esto en un espacio de una hora y tres cuartos y unas 30 mujeres de nueve nacionalidades diferentes. Tenemos un curso por delante para exprimir todo el jugo. ¡Ya os lo iremos explicando!