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La falta de espacios también genera desigualdad

 

Hace una semana salía a la luz la desesperación que nos ha acompañado durante un mes para encontrar un espacio donde llevar a cabo el proyecto educativo de ApreniJoc. Lo compartíamos en las redes con este Tweet:

A principios de septiembre el centro escolar donde hasta ahora se ubicaba el proyecto las tardes de lunes a jueves comunicó de que con las nuevas medidas de prevención a raíz de la pandemia, este curso no se podría utilizar. Así pues, se inició una carrera de obstáculos para encontrar un espacio adecuado donde llevar a cabo el proyecto de ApreniJoc, una propuesta educativa ganadora del Premio Educación 360º y que recibe el apoyo del Grupo de Necesidades Básicas del Distrito. Finalmente, después de 30 días de espera e incertidumbre, se ha dado luz verde para utilizar un espacio del barrio vecino de Llefià, donde se realiza una Unidad de Escolarización Compartida (UEC) por las mañanas, por lo que el proyecto podrá iniciar el curso el próximo 28 de octubre.

Este proceso, sin embargo, nos ha hecho reflexionar sobre algunos aspectos que también queríamos compartir.

Por un lado, ha sido relevante darnos cuenta de que formamos parte de un barrio que, cuando no se pueden usar las escuelas como espacio abierto, no hay un amplio abanico de alternativas donde ir a preguntar. Finalmente hay espacio, ¡sí! Pero hemos tenido que "salir" de La Salut para encontrarlo.

Asimismo, hay que tener presente que cuando una entidad como la nuestra cierra un proyecto, los niños y niñas se quedan sin propuestas educativas. Porque a menos que salgan del barrio, hay muy pocas opciones y plazas disponibles (las cuales, además, en su mayoría no pueden pagar). Y va más allá: no sólo los niños se quedan sin actividad de ocio, socialización, cultura, lengua, valores, educación emocional y espacio de aprendizaje, sino que sus familias también se encuentran sin un lugar de referencia y acompañamiento donde acudir para compartir situaciones de alta complejidad (de todo tipo, incluyendo problemas de vivienda, económicos, relacionales, administrativos, sanitarios, etc).

Por último, queremos destacar que ha sido gracias a la red y a las personas que forman parte que se ha desatascado la situación. Así que evidentemente denunciamos que la falta de espacios genera desigualdad, pero también visibilizamos que una forma de combatirla es invirtiendo en recursos y en personas, ya que cuando nos podemos coordinar, podemos encontrar soluciones a retos que solas no podemos afrontar.